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VA11: Migración y derechos humanos
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Migración y derechos humanos El "derecho a migrar", es decir, a entrar en un país viniendo de otro país, no está reconocido por la ley internacional. Sin embargo, reconoce el derecho de todas las personas a abandonar su lugar de origen sin importar las causas o las razones por las que lo hacen. El artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos recoge el derecho a la libre circulación en dos apartados. El primero estipula que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”, en referencia a la migración interna. El segundo, sobre la migración internacional, añade que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Por tanto, para que existiese el derecho a migrar sería necesario reconocer no solo la libertad de desplazamiento de las personas, sino también su derecho a entrar en cualquier país sin restricciones. Sin embargo, cada país decide a quién permite cruzar sus fronteras, y a menudo restringen la entrada en su territorio con medidas como la exigencia de pasaportes o visados, controles policiales o incluso vallas o muros a lo largo del perímetro fronterizo. Si existiera el derecho a migrar, los Estados no tendrían potestad para controlar sus fronteras ni restringir la entrada generalizada de personas en su territorio, perdiendo así uno de los elementos básicos de su soberanía nacional. Ponencias del panel Desafíos, disyuntivas y dilemas de la migración internacional (centroamericana y otros países) de tránsito por México y los derechos humanos La interacción humana (migración internacional) tiene una importante repercusión en el desarrollo humano, la economía y el desarrollo sociocultural, pues las migraciones internacionales suelen verse como relaciones culturales internacionales en medida que dos culturas diferentes entran en contacto y por lo tanto todos los involucrados interactúan entre sí. En este sentido, me dispongo a hablar de la migración internacional centroamericana y otros países pues las caravanas migrantes que huyendo de sus países de origen. Guatemala, Honduras y el Salvador y otros países que se han dado a través de México con la pretensión de entrar a Estados Unidos, y por ende, los desafíos, dilemas y disyuntivas que presentan para México, especialmente en la atención de su derechos humanos desde que la crisis migratoria se incrementó en México, por lo que el país se ha envuelto en un activismo en el exterior aún más dinámico junto a Estados Unidos para controlar estas olas de migrantes. Asimismo, las relaciones con los otros países expulsores de migrantes han cambiado e implementado nuevos mecanismos para el control de este fenómeno que cada vez se acerca más a convertirse una crisis humanitaria en el sur de México. Los organismos públicos defensores de los derechos humanos en la protección de los migrantes en México En la última década la migración se ha convertido en un fenómeno relevante y complejo que plantea diversos desafíos en materia de derechos humanos. México, como país de origen, tránsito y destino de migrantes, enfrenta una serie de retos en la protección y garantía de los derechos de estas poblaciones. En este sentido, los organismos públicos defensores de los derechos humanos juegan un papel crucial en la promoción y defensa de los derechos de los migrantes en el país. A través de la revisión bibliográfica y documental se realiza un análisis de la estructura institucional y el funcionamiento de los organismos encargados de velar por los derechos humanos de los migrantes en México, así como de las políticas y acciones implementadas en este ámbito. En México existen diversos organismos públicos encargados de la protección de los derechos humanos, tanto a nivel federal como estatal. Entre estos organismos destacan la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y las comisiones estatales de derechos humanos, que tienen como objetivo principal velar por el respeto y la protección de los derechos fundamentales de todas las personas, incluyendo a los migrantes. Sin embargo, se identifican limitaciones y desafíos en la efectividad de su actuación, como la falta de recursos, la impunidad en casos de violaciones a los derechos humanos de los migrantes y la falta de coordinación entre los distintos ordenes de gobierno y los organismos de derechos humanos. Migración ambiental. Una cuestión de derechos humanos El Antropoceno, término introducido por el químico neerlandés Paul Crutzen para identificar la nueva era en el planeta que sustituyó al Holoceno y que reconoce a los seres humanos como la fuerza transformadora de los ecosistemas y el cambio del clima, ha provocado un incremento en la temperatura promedio del planeta y una bio-capacidad regeneradora rebasada por la huella ecológica. Los serios efectos sobre el planeta ocasionado por el calentamiento de la tierra y de la atmosfera, tales como el incremento en el nivel del mar, la acidificación de los océanos, desertificación del suelo, cambios a largo plazo en las temperaturas y precipitaciones, especialmente en lugares tropicales. ha impactado negativamente en la calidad de vida de los seres humanos y los ciclos de regeneración medioambiental. Por el impacto que tiene la biosfera sobre el bienestar y el desarrollo de las comunidades y por la compleja interrelación que guarda con los procesos productivos, los servicios ecosistémicos y las necesidades básicas humanas el IPCC exhortó en 1990 que la migración humana puede ser una de las consecuencias más graves del impacto ambiental. Si bien los fenómenos migratorios se han vinculado históricamente a factores políticos y económicos, las evidencias muestran que actualmente los cambios en el clima están repercutiendo fuertemente sobre las poblaciones humanas. Como resultado, miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus lugares de origen ante la pérdida de su medio físico, viendo en la migración una posibilidad tanto de adaptación como forma de supervivencia.. ¿Existe el derecho a migrar? . La desigualdad económica y la geopolítica de la contención. El fenómeno migratorio en los últimos años ha conllevado un sinfín de retos y desafíos, particularmente porque a pesar de qué en la promoción de los derechos humanos se habla de un conjunto de garantías mínimas que deben tener los sujetos para acceder a una vida digna, lo cierto es que una buena parte de la población en el mundo se encuentra en una total exclusión, pues no se ha logrado ni siquiera cubrir necesidades más básicas como la comida. Las problemáticas se agudizan, cuando se revisa a detalle el poco acceso a la vivienda, a la educación, a la reducción de las brechas de género, un trabajo digno, el impacto social de las catástrofes naturales, lo que ha incidido en que se incrementen los flujos migratorios, en su mayoría, de carácter irregular, es decir, un desplazamiento forzado de los individuos que se ve envuelto por un lado, a la ineficiencia estructural del modelo económico en curso para reducir o erradicar los márgenes de desigualdad existentes, así como a un rol del Estado que no logra crear marcos jurídico-institucionales más incluyentes, diseñar y formular políticas públicas que den cabida a los diferentes grupos sociales, sobre todo aquellos que se encuentran en condiciones de alta vulnerabilidad, pero que al mismo tiempo, gestiona políticas migratorias que tienen como propósito frenar el ingreso de migrantes a sus territorios. |