El término de oportunidad estratégica fue usado por primera vez por el presidente Jiang Zemin (1989-2002) en el décimo sexto Congreso del Partido Comunista Chino en 2002 para referirse a la presencia de una China que había estado aprovechando los mecanismos de inserción a la economía mundial a partir del cambio de modelo de desarrollo en 1978. Sin embargo, su posicionamiento como un país, según Zemin, socialista fuerte, próspero, democrático y culturalmente avanzados propone un liderazgo en las relaciones internacionales del siglo XXI a través del sistema comercial global con redes de producción hasta convertirla en un país de ingreso medio.
Este hecho pone en entredicho su influencia actual ya que su competitividad y productividad económicas han logrado generar un impacto decisivo mundial y a largo plazo para las grandes potencias habituales. Así, desde el ambiente internacional la calificación que se hace a China la han logrado posicionar como un país neocolonialista, es decir, con medidas de política exterior que profundicen su extensión de su modelo de desarrollo por medio del dominio global y regional de determinados continentes.