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La estabilidad de precios se ha convertido en una prioridad para un número significativo de países, pues el mantener una inflación baja y estable es uno de los elementos fundamentales para alcanzar la estabilidad macroeconómica y así contribuir a un mejor funcionamiento de las economías. La declaración de la emergencia sanitaria por Covid-19 en marzo de 2020 y los problemas que ésta generó, como la interrupción de las cadenas globales productivas, más el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, desencadenaron aumentos continuos de los precios en gran parte de las economías. Ante este panorama, y con el fin de detener y revertir el proceso inflacionario, la mayoría de los bancos centrales deciden incrementar paulatinamente las tasas de interés de referencia, y así lograr que la inflación converja gradualmente a los niveles establecidos por dichas instituciones centrales. Lo anterior ha generado tensiones en el sistema financiero que, aunado a la pérdida de confianza en algunas instituciones bancarias, han culminado en una situación de bancarrota como ocurrió con el Silicon Valley Bank y el Signature Bank. El aumento continuo en los tipos de interés implica enfrentar una disyuntiva; seguir ajustando las tasas para que la inflación converja a los niveles establecidos, generando inestabilidad en el sistema financiero, o procurar que dicho sistema sea garante de estabilidad a costa de elevados niveles de inflación.

Aproximadamente durante el mes de octubre de 2022 el peso mexicano comenzó a mostrar un comportamiento de apreciación llegando a romper la barrera de los 18 pesos por dólar lo cual no ocurría desde el 2018. La divisa mexicana concluyó 2022 como la segunda de la únicas cuatro que se apreciaron frente al dólar, el rublo ruso, el real brasileño y el sol peruano.

La moneda mexicana se ha visto beneficiada por una combinación de factores que mantienen la confianza de los inversionistas. De manera global el dólar ha experimentado una depreciación frente a otras monedas. De manera regional la mayor parte de los operadores están poniendo atención a los mercados emergentes de Latinoamérica como Brasil, Perú y evidentemente México.

Particularmente nuestro país se caracteriza por una fuerte cantidad de remesas, además la tasa de interés de referencias que se encuentra en 11 por ciento desde principios de febrero ha beneficiado el diferencial de tasas hace atractiva la inversión en pesos.

El PIB de México registró un avance del 3 por ciento, debido en buena medida a la dinámica exportadora, la apreciación del peso se da en un contexto favorable de nuevos flujos de financiación como los 5 mil millones de dólares realizada por la empresa de autos eléctricos Tesla, perfilándose como la más grande del mundo.

Son diversas las causas que explican el comportamiento de la moneda mexicana. Explicaremos cómo y en qué medida cada uno de estos factores determinan el valor del peso frente a otras divisas.

El crecimiento económico durante 2021 fue de 4.82% y en 2022 de 3%, así que digamos que se ha recuperado lo perdido durante 2019-2020, con una buena recuperación del sector manufacturero, parcialmente impulsado por la relocalización de cadenas productivas e impulso a la inversión productiva; a ello se suma también una mayor participación y un mejor ritmo productivo de la inversión pública, que desde 2009 había mostrado signos negativos de tasas de crecimiento, gracias a los grandes proyectos que se han impulsado en el actual gobierno, el aeropuerto internacional Felipe Ángeles (AIFA), la refinería Dos Bocas, el trazo y construcción de la ruta de ferrocarril Tren Maya, el corredor Transístmico, también llamado corredor Transoceánico, que busca conectar los dos océanos Atlántico y Pacífico, a través de la ruta entre Coatzacoalcos, Veracruz y Salina Cruz, Oaxaca, uniendo a través de un sistema de puertos, carreteras y renovación del tren del istmo de Tehuantepec, además de tender una línea de red de internet a través de todo el istmo¸; a ello se suma el mantenimiento de tramos carreteros de manera constante, la construcción de los planteles de la Universidad del Bienestar, y los locales para el Banco del Bienestar. Con ello, el empleo ha repuntado y ha recuperado los niveles que tenía prepandemia. La brecha laboral ha venido descendiendo favorablemente, aunque con una presencia elevada de actividad informal.

La presente investigación intenta estudiar la dinámica de la demanda agregada en relación con la recuperación de la actividad económica, fase 2021-2022.

La participación del estado de Hidalgo dentro de la actividad económica nacional resulta insuficiente a pesar de contar con una posición geográfica estratégica caracterizada por una amplia infraestructura en vías de acceso que permiten conectar a zonas estratégicas de manufacturas de la entidad con otras regiones que poseen una fuerte vocación industrial. Por tanto, esta investigación tiene por objetivo analizar algunas variables a nivel agregado como factores explicativos que condicionan el dinamismo exportador del sector manufacturero hidalguense bajo el modelo de economía abierta vigente en nuestro país desde hace más de 30 años.