Programa de actividades

El uso del dólar como moneda de reserva global fue uno de los elementos que contribuyó a mantener la hegemonía estadounidense en el mundo y que en muchas ocasiones fue utilizado como un arma para sancionar a los países. Hoy, en el marco de la disputa hegemónica vemos la gestación de lo que podría convertirse en un nuevo orden monetario internacional que pugna por la “desdolarización” de la economía en donde China, junto a otros actores internacionales como Rusia y la India, tienen un papel fundamental. Por lo anterior en esta ponencia nos proponemos reflexionar sobre las discusiones, alianzas y acciones que está llevando a cabo China para no utilizar la moneda estadounidense en sus transacciones económicas y que además impulsan la creación de una nueva infraestructura financiera, tales como el Nuevo Banco de Desarrollo y el sistema de pagos alternativos como el CIPS.

La(s) forma(s) que asume el orden global refleja(n) una relación de poder que define qué actores tienen capacidad para establecer las normas y la gobernanza de las instituciones encargadas de implementarlas. En períodos de transición del orden internacional, se evidencia una brecha entre la distribución del poder a nivel global y su expresión en las normas, estándares e instituciones que tipifican ese orden (Bernal-Meza, 2020). Existe un consenso bastante amplio sobre el fin del llamado “momento unipolar” en el que EEUU proyectó indiscutidamente su hegemonía a nivel global.

El objetivo fundamental de la ponencia es analizar las posiciones de expertos estadounidenses que se mueven en torno a la reconfiguración del orden internacional, referidas al declive de Estados Unidos como potencia hegemónica y las posibilidades de recuperación de su liderazgo. El denominador común entre sus posiciones es la necesidad y urgencia de preservar en lo posible un orden internacional que asegure ventajas para Estados Unidos y la necesidad de (re)construir alianzas. Las diferencias principales radican en la forma de lograrlo. En ese sentido, existe debate sobre la forma de distribución del poder global que favorece los intereses hegemónicos estadounidenses: bipolaridad, multipolaridad o unipolaridad; y sobre la funcionalidad o no del multilateralismo a ese propósito. El trabajo también recoge las principales recomendaciones, desde las diferentes perspectivas del debate, para asegurar los intereses estratégicos de Estados Unidos en el contexto de la disputa geopolítica con China.

En el debate sobre el orden internacional se constata el reconocimiento de la crisis del orden internacional liberal y la forma de gobernanza multilateral en su actual configuración. Las perspectivas de internacionalistas chinos y rusos enriquecen la discusión en torno a los posibles desenlaces de una reconfiguración que tocará los cimientos del mapa del poder global.

En la visión rusa destaca la preeminencia de enfoques neo-realistas, aunque existen otras. Los análisis previos al conflicto en Ucrania ya identificaban las fracturas entre “el mundo occidental y el no-occidental”, que apuntaban a que ante el declive del orden unipolar Occidente intentaba reconducir la situación hacia un nuevo bipolarismo. Algunos expertos ven la transición hacia un mundo multipolar en el que la narrativa occidental coexistiría con varios relatos alternativos. Críticos de la perspectiva anterior consideran que existe multipolaridad en lo político-militar, pero sin un correlato en lo económico, pues EE.UU. preserva una capacidad superior para utilizar la coerción económica. Así, el nuevo orden se asentaría más en sanciones que en reglas. Recientemente la perspectiva civilizatoria ha cobrado importancia en el abordaje del tema.

Los enfoques procedentes de China constatan pérdida de confianza en la institucionalidad del orden liberal, sostienen su adhesión al multilateralismo con la reserva de que bajo su actual formato no incorpora nuevas realidades y actores de las relaciones internacionales. China propone una nueva forma de convivencia entre países: la “comunidad de destino compartido”.

La ponencia expone las principales perspectivas rusas y chinas y los desafíos que suponen para Nuestra América.

Los conflictos hegemónicos entre Estados Unidos, por un lado, y Rusia y China, por otro, deben entenderse dentro de la “amenaza nuclear”. La existencia masiva de armamento nuclear y la estrategia con que cada potencia establece su lanzamiento son la “situación” dentro de la que se gestan las luchas políticas y económicas. Como respuesta a los conflictos territoriales, comerciales, energéticos y políticos, las tres potencias están haciendo pública su intención de utilizar una parte del armamento nuclear. Si bien cada uno de estos países justifica el uso de este armamento en escenarios particulares, la confluencia de la “amenaza nuclear” implica un riesgo, no sólo para las poblaciones de los tres países, sino para todo el sistema internacional. Por la cantidad de armas nucleares que poseen, su capacidad destructiva y el modo de utilizarlas, las estrategias nucleares de Estados Unidos, Rusia y China pueden provocar un desenlace fatal. La ponencia se propone mostrar esta “confluencia fatal” a través de los siguientes elementos en cada una de las tres potencias: 1) la cantidad de armamento nuclear; 2) la capacidad destructiva del armamento; 3) las estrategias nucleares; y 4) las “amenazas públicas” públicas.