Los aportes de las mujeres indígenas a la lucha medioambiental son de vital importancia y deben ser reconocidos, especialmente en el contexto latinoamericano. Dado que en dicha los aparatos estatales no cuentan con la suficiente fuerza para hacer frente a la sobreexplotación de los recursos naturales. La corrupción, la falta de políticas públicas y la postergación del cambio climático como prioridad tienen ocasionan que muchas comunidades vean afectada su calidad de vida conforme la extracción de recursos aumenta. Es por ello que las mujeres han alzado la voz para defender sus territorios. Su activismo generalmente se manifiesta a través de la resistencia pacífica, la organización comunitaria y la promoción de prácticas de manejo ambiental sostenible.
No obstante, este grupo de la población tiene que enfrentarse a un doble desafío: proteger su tierra y su vida. Pues, de acuerdo a un estudio realizado en 2021 por Global Witness, Latinoamérica es la región más peligrosa para ser defensor ambiental. Aunado a esto, también enfrentan el riesgo de ser víctimas de violencia sexual y marginalización, tanto por su género como por su pertenencia a un pueblo originario.
Por ello, es necesario discutir sobre las acciones que están tomando y los obstáculos a los que se enfrentan. De esta forma pueden realizarse recomendaciones que promuevan la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones y la creación de políticas públicas que aborden las barreras que enfrenta este grupo de la población.