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La crisis ambiental es uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la humanidad en la actualidad. El cambio climático, el deterioro acelerado de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos naturales han generado consecuencias devastadoras para nuestro planeta y para las futuras generaciones. En este contexto, los países han reconocido la necesidad de una acción global coordinada para abordar estos problemas y construir un futuro sostenible.

En consecuencia, la temática ambiental y sus implicaciones atraviesan prácticamente todas las áreas del conocimiento en la actualidad. Al respecto de las Relaciones Internacionales como disciplina, se han venido gestado debates y producción académica que empujan hacia la reconceptualización y enriquecimiento de algunos de los paradigmas clásicos de este campo disciplinar debido al impacto que tiene en ellos el tema medioambiental.

México, como país con una rica diversidad biológica y una importante herencia cultural ligada a la naturaleza, no ha escapado a los impactos de esta crisis ambiental. El país se enfrenta a una serie de desafíos ambientales que tienen implicaciones directas tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional. La severa contaminación del aire, agua y suelos, la pérdida de biodiversidad, la degradación de los ecosistemas, La deforestación, el avance de la desertificación, la pérdida de litorales, desastres naturales cada vez más severos, los desplazados ambientales, la escases de agua, y el incremento gradual y sostenido de las temperaturas máximas son solo algunos de los problemas que México debe abordar de manera urgente.

A lo largo del tiempo se ha cuestionado la importancia de respetar los derechos humanos de las comunidades indígenas y hoy en día este tema ha sido vital con la aparición de las energías renovables que es denominada por Velasco (2009), como problemas políticos y sociales importantes relacionados con la localización de las fuentes energéticas tradicionales que han despertado un interés cada vez más extendido por encontrar nuevas fuentes de energías, caracterizadas por reponerse a un ritmo igual o superior al que son consumidas.

La presente ponencia tiene como objetivo reflexionar el impacto que se presenta en la relación de las empresas que utilizan energía eólica en territorios de las comunidades indígenas en México, para sugerir elementos en Derechos Humanos que se integren a un Modelo de Negocio que cumpla con el respeto a los derechos de los pueblos indígenas, iniciando con las siguientes cuestiones: ¿Qué es una energía renovable?, ¿Para quién es la energía renovable? y bajo qué condiciones se realiza un proyecto de energía renovable?, además de analizar el funcionamiento de la energía eólica y cuál es su importancia para ser aplicada por diferentes empresas, así mismo se revisan las características principales de los Modelos de Negocio, desde las Normas Internacionales en Derechos Humanos, tomando en cuenta elementos de riesgo como la Consulta Previa Libre e Informada, Tierra, Derechos Laborales etc.; para finalmente concluir con una sugerencia de Modelo de Negocio Empresa-Comunidad, donde se muestren beneficios para ambos actores.

El actual contexto de crisis global, que afecta de forma integral al bienestar de las personas y los territorios, plantea la necesidad de buscar alternativas, nuevos modelos de desarrollo económico, social, cultural y político que sean sostenibles en el tiempo y sustentables desde el punto de vista ecológico. La crisis alimentaria, ha jugado un papel decisivo en la mentalidad del consumidor para demandar un cambio de modelo. Como consecuencia, se ha formado entre los productores y consumidores una conciencia cada vez más amplia sobre los productos sanos, amigables con el medio ambiente, de origen conocido y percibido en el contexto de la experiencia del consumidor y de su identificación con el territorio. Es decir, hemos de entender la agricultura, alimentación y la economía dentro de un planeta vivo en recursos y finitos, evitando la pérdida de nutrientes y energía. Recuperando los límites de la sostenibilidad y de sus posibilidades reales. Revisamos fundamentos de economía solidaria para alcanzar una soberanía alimentaria como derecho de los pueblos en la construcción de sus propios sistemas agroalimentarios y como principio fundamental de bienestar de los territorios, buscando un desarrollo sostenible. Analiza el escenario actual de la alimentación en México y esboza asociaciones de múltiples factores, principalmente a los relacionados con el mercado global. Buscando alternativas al sistema económico dominante, de modo que la propuesta considera una cadena de producción y consumo (coparticipación), centrada en la localidad. Con el fin de organizar la producción-consumo de manera integral y diversificar el valor de los paisajes agaveros.