En este nuevo desorden mundial, las principales potencias (Rusia- China y Estados Unidos) parecen estar más involucrados en nuevas carreras estratégicas derivado de la desglobalización y nuevas rutas comerciales, tal es el caso de los polos del planeta; el Ártico y la Antártida, quienes comparten elementos comunes pero son distintos. En el primer caso, se caracteriza por ser un conjunto de mares helados, mientras que en la Antártida es un continente helado; en el Ártico han existido poblaciones indígenas desde hace milenios, en la Antártida vive una comunidad científica internacional con una población inestable.
Por su parte, el deshielo del Ártico está propiciando un renovado interés por las rutas marítimas y, algunos hablan ya de un Ártico global en vez de circumpolar en el que Estados Unidos China y Rusia intentan ampliar sus zonas de influencia. Además, hay cinco vías de navegación, pero sólo tres son transárticas y conectan los océanos Atlántico y Pacífico, que agregando los ricos recursos energéticos, minerales y/o metales por descubrir, se plantea una "lucha" por el establecimiento de nuevas rutas comerciales, que además de amortiguar el impacto de bloqueos como los que se han presentado últimamente -caso del Suez- cambian, y quizás desestabilizarán los equilibrios geoestratégicos del mundo.
En cuanto a la Antártida, se ha convertido en un importante centro de interés para Rusia y China, que instalan estaciones terrestres para sus sistemas de navegación por satélite entre otras acciones, incrementándose el riesgo de que proliferen las actividades militares en el continente.