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Los grandes eventos deportivos se han mantenido constantemente como activos de la política internacional, por lo menos, desde la primera mitad del siglo XX. Ejemplos sobran: Berlín en el 36, Argentina en 78 o los boicots olímpicos del 80 y 84, en todos es posible identificar algún elemento del contexto de la época en los grandes eventos deportivos.

Los últimos años no han sido la excepción. Los Juegos de Tokio pospuestos por la pandemia, el Mundial de Qatar, envuelto en una trama de violaciones a los derechos humanos y el intento de legitimación de un régimen monárquico, y próximamente los Juegos de París que, a menos de un año de iniciar, ya tienen que lidiar con la crisis laboral que mantiene a Francia en tensión. Esto sin mencionar que los eventos mencionados no han sido ajenos al acontecer bélico en Ucrania.

A partir de lo anterior, se puede encontrar que los grandes eventos deportivos son acontecimientos que concentran el contexto general, por lo que pueden ser considerados espacios en disputa. Ya sea como vitrina para algún gobierno, como parte de la gestión de alguna crisis o para posicionar algún tema en la agenda. Asimismo, resulta interesante ver como estos eventos revelan el mapa de lo que es posible llamar como el ecosistema deportivo global. Un entramado de actores de distinta naturaleza que convergen en el campo del deporte.

Actualmente no existe una definición o un consenso entre los Estados sobre el concepto de paz en las relaciones internacionales. No obstante, desde que se creó la Organización de las Naciones Unidas en 1945 se han discutido y aprobado desde el Consejo de Seguridad medidas coercitivas y no coercitivas para mantener o restablecer una paz universal sesgada cultural, política y económicamente por cinco países.

Con la finalidad de ir más allá de la crítica y presentar una propuesta que propicie el debate en torno al tema para responder el cuestionamiento de: ¿hacia dónde van las relaciones internacionales? los objetivos de la presentación son: 1) Reflexionar en torno al paradigma de paz dominante en el sistema internacional; 2) Evidenciar las limitaciones teóricas y prácticas que existen en torno a conceptualizar la paz desde una visión estatocéntrica; e 3) Identificar elementos comunes en diversas expresiones culturales de la paz en el mundo para la construcción de una paz global.

Para cumplir con esos objetivos, la ponencia se dividirá en tres partes. En la primera se abordará un análisis histórico de la evolución del concepto de paz en las relaciones internacionales. En la segunda, se explicará la institucionalización de la paz universal desde Naciones Unidas y sus mecanismos de pacificación. Finalmente, en la tercera parte se presentarán algunas aproximaciones multiculturales que existen en diferentes regiones del mundo sobre la visión de la paz y que podrían servir como base para iniciar el ejercicio de construir un concepto de paz global más representativo.

La transformación digital experimentada por todos los sectores productivos trae consigo la adopción de nuevos hábitos y potenciales efectos secundarios no deseados en la salud. El uso de los dispositivos digitales a nivel mundial se ha incrementado exponencialmente y hoy se reporta la existencia de más dispositivos digitales que personas. Está condición ha creado una hiperdependencia en medios digitales y en el ciberespacio, que a su vez trae consigo modificaciones conductuales de importancia para la sociedad internacional. Particularmente preocupante es el uso inadecuado y excesivo de los dispositivos digitales que conlleva alteraciones en el sueño, problemas de salud mental, padecimientos ortopédicos, pérdida de capacidades e incluso algún tipo de adicción digital en detrimento de la calidad de vida. Estos fenómenos adversos del mundo digital deben ser expuestos y estudiados en consecuencia. Por ello, el objetivo del presente trabajo describir algunos comportamientos y/o enfermedades novedosas vinculadas con el uso excesivo de los dispositivos digitales. El propósito de esta exposición es visualizar un problema creciente que está poco regulado, no se concibe como tema de ciberseguridad y requiere de la acción gubernamental. Lo anterior se hace desde un enfoque mixto con una perspectiva política y de ciberseguridad que brinda la oportunidad de exponer los padecimientos emergentes de la era digital. En breve, la exposición de las características de las llamadas “enfermedades digitales” permitirá a los diversos actores actuar en consecuencia en favor de la salud de la sociedad internacional.